Me refiero a que el 9 de Marzo la multinacional farmacéutica Sanofi-Aventis anunció un acuerdo con las autoridades mexicanas para construir en dicho país una instalación de 100 millones de euros para manufacturar una vacuna antigripal.
Notables dotes predictorias del laboratorio pues no se cumplirían dos meses desde su anuncio cuando estallaría la “pandemia” de gripe A, que primero fue porcina. El anuncio se hizo durante una ceremonia a la que asistieron Felipe Calderón, presidente de la República Mexicana y Nicholas Sarkozy, presidente de la República Francesa, que estaba de visita en México.
Teniendo en cuenta que no todos los días toca pandemia -venimos “padeciéndolas” cada tres años más o menos desde que comenzó el siglo-, las palabras de Chris Viehbacher, director general de Sanofi-Aventis pueden calificarse de proféticas:
Al construir esta nueva instalación, Sanofi-Aventis se enorgullece de contribuir al fortalecimiento de la infraestructura de salud de México y está ansiosa de apoyar el compromiso ejemplar de México con la salud pública por medio de la inmunización contra la gripe y la presteza ante pandemias (…) Esta instalación beneficiará a la salud pública en México y la región de América Latina, en el contexto de presteza ante pandemias de gripe“.
Qué casualidad que varias semanas después, cuando la farmacéutica tenía previsto concluir la construcción de su nueva planta, comenzara el brote de gripe “pandémica” esperado.
Casualidades de la vida o no tanto, mientras se producía esa “pandemia”, al parecer tan deseada por algunos, se conoció que la Sección 1ª de la Audiencia Provincial de Barcelona dictaba otra sentencia -y en total van al menos cuatro- favorable a las demandantes por los daños producidos por el medicamento para la menopausia Agreal, del laboratorio Sanofi-Aventis.