Pues parece ser que se trata de un hecho habitual no sólo en las pequeñas instituciones municipales, sino también en organismos de renombre como la Biblioteca Británica, según un artículo publicado en The Guardian. Ésta afirma haber extraviado cerca de 9.000 títulos, dentro del propio recinto. Parece ser que muchas de las pérdidas se produjeron en torno a 1988, fecha en la que la Biblioteca se trasladó desde el Museo Británico a St. Pancras.El personal de la Biblioteca asegura que no todos los libros etiquetados como “extraviados” se han perdido para siempre, sino que gran parte de ellos seguramente se encuentren todavía dentro del edificio, en algunos de los 650 kilómetros de anaqueles. La responsable de documentación, Jennifer Perkins, señala que un libro es catalogado como “extraviado” cuando un lector lo solicita y no aparece en la estantería que le corresponde.
Existen diferentes razones por las que un libro puede no encontrarse en su lugar correcto: puede haberse extraviado entre las estanterías, puede que la etiqueta de localización se haya despegado del lomo y el libro haya sido registrado otra vez y recolocado, o que el catálogo no haya sido modificado tras un cambio de localización. [...] La Biblioteca se toma muy en serio la seguridad de sus colecciones y tiene una gran cantidad de medidas para proteger los libros del daño inadvertido o deliberado.