Palabras textuales es un libro que surge a partir de las colaboraciones
de más de 500 profesionales relacionados con el diseño y la publicidad.
Recoge anécdotas, frases curiosas, comentarios o conversaciones
simplemente imposibles de personajes como el creativo estrella, la
ejecutiva que no entiende, el de la imprenta con sus excusas
imposibles, el anunciante que pide y pide y no discierne el bien del mal.
#833- "Mándame el DVD por fax"
(Anunciante, Asistente del Cliente, a Supervisora de Cuentas)
#843- "¿Por qué no lo cambias por un color vino?" - "¿Color vino?" - "Si, color vino" - "¿Cuál? ¿Blanco o tinto?"
(Agencia, Director a Diseñador, en conversación que roza lo etílico)
Convengamos que no es
SOLO un libro. Primero fue
un blog y a la
vez,
Palabras Textuales es algo que sucede a diario, a veces, casi sin
darnos cuenta, en el día a día de los comunicadores, publicistas,
periodistas y marketineros. Seamos sinceros, no construímos puentes ni
hacemos cirugías para salvar vidas… muchas frases que encontrarás son
consecuencias de cierta premura y ritmo de locomotora que hace que no
pensemos ni por un segundo en lo que estamos diciendo: si tiene sentido
o no, si vale la pena preguntar antes de afirmar, si en lugar de
ordenar deberíamos consultar, en fin… Más allá de las risas (o llantos)
que despierten los contenidos del libro, leyendo entrelíneas podremos
darnos cuenta de ciertos errores propios y pensar de qué manera tratar
de cambiarlos. No es nada difícil (…¿o sí?)
En su relativamente corta vida, Palabras Textuales ha sido nominado
como uno de los mejores 10 blogs en español por la Deustche Welle y su
versión “for export“ llamada AdVerbatims, ha sido destacada como uno de
los mejores 10 sites en donde pasar un buen rato por el Book of Tens de
Advertising Age. El objetivo es que vivas en una experiencia “del
online al offline”, una experiencia divertida y construída de manera
colectiva que empezó en la web, y que puede llegar a tus manos en forma
de libro para coleccionar y tener a mano en el escritorio, la
biblioteca, el coche o el baño, definitivamente un lugar no apropiado
para llevarse el ordenador.