De todas las tradiciones de la víspera al Año Nuevo, quizás la más difundida es la de comer 12 uvas al ritmo de las campanadas del reloj y pedir un deseo por cada una.
Una empresa de Monforte del Cid, en Alicante, ha ideado un envase con doce uvas lavadas, sin pepitas y de calidad Premium, acompañadas de una cajita que contiene oro comestible de 22 quilates en finas escamas o láminas.
Esta empresa Uvasdoce ha lanzado al mercado una producción de hasta 10.000 estuches con la finalidad de aunar tradición, originalidad y fortuna en la última noche del año.