El cambio de Coca-Cola no afecta ni a su sabor ni a su color y tampoco a su famosa fórmula secreta, pero sí modifica su tamaño y, por consiguiente, su aporte calórico.
La nueva lata será de 220 ml en lugar de 330 ml y pasará a tener sólo 90 calorías, frente a las 140 del recipiente actual.
La llegada de la "Mini" no significará la desaparición de lata tradicional. La compañía americana asegura que su propósito es ofrecer la oportunidad a la gente de "decidir sobre la cantidad de calorías que ingiere mientras disfruta de la bebida".
Además, han declarado
"es una oportunidad de demostrar su compromiso de ayudar a los consumidores a conseguir un equilibrio entre las calorías que toma y las que gasta."