Transformación de una Estación de Tren en Casa de Vacaciones
Una de las primeras decisiones que tomaron fué pintar las paredes y los altos techos de color blanco, para que la luz se multiplicara por todos los rincones, y en cuanto a la decoración se decantaron por un estilo más bien tirando a provenzal lleno de tonos neutros, maderas claras y telas con estampados muy románticos.
conservado los bancos que hay en el jardín y el vestíbulo, la ventanilla donde se vendían los
billetes y la puerta con la pátina del tiempo en su pintura azul.
provoca unos destellos mágicos en el salón y, además, era imprescindible que las lámparas fueran
colgantes, ya que debido a la altura de los techos se necesitaba acercar la luz.
Las baldosas con motivos florales en gris y rojo, se combinaron de forma diferente en cada una de
las estancias para crear unas composiciones únicas.
el cabecero de madera, textiles en tonos pastel y la utilización de las rayas verticales en la pared
de la cama, le dan el toque elegante al ambiente alegre y campestre que predomina en el dormitorio.